El poder del brócoli: sulforafano retrasa el envejecimiento y extiende la vida en modelos animales

Un aliado vegetal en la lucha contra el envejecimiento

Un equipo multidisciplinario de científicos acaba de presentar un hallazgo sorprendente: el sulforafano, un compuesto natural presente en vegetales crucíferos como el brócoli, puede extender significativamente la vida útil de un organismo modelo ampliamente utilizado en biología: el Caenorhabditis elegans, un pequeño nematodo que comparte numerosos mecanismos moleculares con los humanos.

Los sulforafanos son compuestos bioactivos de la familia de los isotiocianatos, conocidos por su potente acción antioxidante, antiinflamatoria y protectora celular. Se forman a partir de la glucorafanina, un glucosinolato presente principalmente en vegetales crucíferos como el brócoli, la col rizada, las coles de Bruselas, la coliflor, los nabos, los rábanos y los berros. Su fuente más concentrada son los brotes de brócoli, que pueden contener hasta cien veces más sulforafano que el brócoli maduro. 

Para que el sulforafano se active, es necesaria la acción de la enzima mirosinasa, que se libera cuando la planta es masticada o cortada. Sin embargo, el cocinado excesivo puede inactivar esta enzima, por lo que se recomienda consumir estos vegetales al vapor, crudos o acompañados de una fuente externa de mirosinasa, como la mostaza en polvo, para maximizar sus beneficios.

En el preprint publicado en bioRxiv, los autores reportan que este compuesto bioactivo puede aumentar la longevidad en más del 50% cuando se administra en dosis óptimas y durante etapas tempranas de la vida. Este hallazgo sugiere que el sulforafano no solo es un nutriente protector, como ya se sabía por su papel en la reducción del estrés oxidativo y la inflamación, sino también un potencial modulador sistémico del proceso de envejecimiento.

El reloj de la edad biológica: un avance metodológico clave

Uno de los aportes más relevantes de este estudio es el desarrollo de un reloj de envejecimiento transcripcional, es decir, una herramienta basada en la expresión genética que permite estimar la edad biológica de un organismo en función de su perfil de transcripción génica. Utilizando esta herramienta, los investigadores demostraron que los nematodos tratados con sulforafano mostraban una edad biológica un 20% menor que sus pares no tratados, a pesar de tener la misma edad cronológica.

Este tipo de “relojes” biológicos se están convirtiendo en instrumentos fundamentales para evaluar la eficacia de intervenciones antienvejecimiento, ya que permiten ir más allá del simple conteo de años o días de vida. En este caso, el sulforafano parece ralentizar el ritmo del envejecimiento a nivel molecular, afectando múltiples rutas celulares simultáneamente.

Hormesis y desintoxicación: claves del mecanismo

Los datos transcripcionales también revelaron un aumento notable en la expresión de genes relacionados con rutas de desintoxicación celular. Este patrón es característico de una respuesta hormética, un fenómeno por el cual una sustancia potencialmente estresante o tóxica en altas dosis produce efectos beneficiosos cuando se administra en cantidades moderadas. Es decir, el sulforafano podría estar activando respuestas adaptativas que fortalecen los sistemas de defensa celular y reparan el daño acumulativo asociado al envejecimiento.

Este hallazgo se alinea con investigaciones previas sobre otros compuestos horméticos como la metformina o el resveratrol, y refuerza la hipótesis de que ciertos tipos de estrés controlado pueden, paradójicamente, mejorar la resiliencia biológica a largo plazo.

¿Qué implicaciones tiene esto?

Aunque los resultados provienen de un organismo simple, las implicaciones son profundas. Muchos de los mecanismos de regulación génica, desintoxicación y reparación celular observados en C. elegans están conservados evolutivamente en mamíferos, incluyendo los humanos. Esto no significa que comer brócoli nos hará vivir 50% más, pero sí sugiere que el sulforafano (o derivados optimizados) podría ser parte de una estrategia farmacológica o nutricional para promover un envejecimiento saludable.

Además, este trabajo pone de relieve la importancia de intervenir tempranamente en el curso de la vida para obtener beneficios significativos en longevidad, una idea que está tomando cada vez más fuerza en la gerociencia.

Conclusión

Este estudio representa un paso importante en la comprensión de cómo ciertos compuestos naturales pueden modular de forma global el proceso de envejecimiento. Más allá del entusiasmo mediático que puede suscitar, los autores invitan a la cautela: se trata de un preprint aún no revisado por pares, y sus resultados deberán replicarse y ampliarse en modelos más complejos antes de extrapolarse a humanos. Sin embargo, la promesa está ahí: un futuro en el que nuestras decisiones alimentarias puedan influir de manera tangible en la calidad y duración de nuestra vida.

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Referencia

Christine A. Sedore, Erik Segerdell, Anna L. Coleman-Hulbert, Erik Johnson, Jonathan N. Levi, Gordon J. Lithgow, Monica Driscoll, Patrick C. Phillips. The broccoli derivative sulforaphane extends lifespan by slowing the transcriptional aging clock. bioRxiv 2025.05.11.653363; doi: https://doi.org/10.1101/2025.05.11.653363 


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