El Poder de la Betaína: La Clave Bioquímica detrás de los Efectos Antienvejecimiento del Ejercicio

En un mundo donde la búsqueda de la eterna juventud parece estar a la orden del día, un reciente estudio publicado en Cell (27 de junio de 2025) arroja luz sobre cómo el ejercicio no solo fortalece el cuerpo, sino que también retrasa el envejecimiento a nivel celular. La investigación, liderada por Geng L. et al., revela que la betaína, un compuesto natural presente en alimentos como remolachas y espinacas, actúa como un "mimético del ejercicio" con propiedades geroprotectoras. Pero, ¿qué significa esto y cómo funciona?










El estudio involucró a 13 hombres sedentarios que realizaron una rutina de carrera de 5 kilómetros, inicialmente cada dos días y luego diariamente durante 25 días. Los investigadores analizaron una amplia gama de metabolitos en sus cuerpos antes y después del programa. Los resultados fueron sorprendentes: el ejercicio no solo redujo marcadores de inflamación como la proteína C reactiva de alta sensibilidad (hsCRP) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa), sino que también incrementó proteínas antioxidantes como Nrf2, SOD1 y glutatión, conocidas por combatir el estrés oxidativo, un factor clave en el envejecimiento.

Aquí es donde entra en escena la betaína. Este compuesto, también conocido como trimetilglicina, se produce naturalmente en el cuerpo y se encuentra en alimentos como espinacas (600-645 mg/100 g) y remolachas (114-297 mg/100 g). El estudio encontró que el ejercicio, especialmente cuando es sostenido, aumenta la producción de betaína en los riñones en un 73%. Pero su rol va más allá de ser un simple subproducto: la betaína inhibe una proteína llamada TANK-binding kinase 1 (TBK1), que regula las respuestas inmunitarias e inflamatorias. Esta inhibición reduce la senescencia celular (el "envejecimiento" de las células) y la inflamación, dos procesos centrales en el deterioro relacionado con la edad.

En experimentos con ratones envejecidos, la suplementación con betaína mejoró la fuerza de agarre, el tamaño muscular y el rendimiento cognitivo, sugiriendo que podría imitar algunos beneficios del ejercicio. El mecanismo parece girar en torno a cómo la betaína se une a TBK1, ralentizando las vías inflamatorias que aceleran el envejecimiento. Esta conexión es fascinante porque no solo valida el ejercicio como una "píldora mágica" para la salud, sino que también abre la puerta a explorar si la betaína, ya sea a través de la dieta o suplementos, podría complementar los esfuerzos por extender la saludspan (los años vividos en buena salud).



Sin embargo, no se trata de reemplazar el ejercicio. La betaína funciona mejor como parte de un estilo de vida activo. Consumir alimentos ricos en betaína, como espinacas o remolachas, junto con una rutina regular de movimiento, podría potenciar estos efectos. Aunque los suplementos están disponibles, su eficacia y seguridad a largo plazo aún necesitan más investigación.

En resumen, la betaína emerge como un actor clave en la orquesta bioquímica del envejecimiento saludable, gracias a su capacidad para modular la inflamación y la senescencia a través de TBK1. Este hallazgo no solo enriquece nuestra comprensión de la fisiología del ejercicio, sino que también nos invita a reconsiderar cómo la dieta y el movimiento trabajan juntos para una vida más larga y saludable.


 #Salud #Envejecimiento #Betaína #Ejercicio #Longevidad

Referencia:

Geng L. et al. (2025). Systematic profiling reveals betaine as an exercise mimetic for geroprotection. Cell. Jun 25:S0092-8674(25)00635-X. doi: 10.1016/j.cell.2025.06.001. Epub ahead of print. PMID: 40570836.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los 30 neurocientíficos vivos más influyentes de hoy en día

Psicólogo ciego ayuda a otros a ver soluciones

Proyecto Abecedarian: un ensayo controlado aleatorio de educación temprana que ha seguido a niños desde 1971