El Potencial de los Psicodélicos en la Recuperación del Accidente Cerebrovascular

La imagen muestra cómo el LSD y la psilocibina interactúan con el receptor 5-HT2A, mientras que la ketamina afecta el receptor NMDA, promoviendo neuroplasticidad y reduciendo neuroinflamación.


En un fascinante giro de la investigación médica, un estudio reciente de Yang et al., publicado en la prestigiosa revista
Brain de Oxford Academic en 2025, propone que los psicodélicos, como el LSD, la psilocibina y la ketamina, podrían revolucionar la recuperación tras un accidente cerebrovascular (ACV). Tradicionalmente, los tratamientos para el ACV se han centrado en intervenciones agudas, como la trombolisis o la trombectomía, que son efectivas solo dentro de una estrecha ventana terapéutica y ofrecen resultados limitados en la prevención de déficits neurológicos a largo plazo. Sin embargo, este nuevo enfoque sugiere que los psicodélicos podrían abrir un camino prometedor al potenciar la neuroplasticidad, reducir la neuroinflamación y mejorar la resiliencia cognitiva y psicológica, transformando así la rehabilitación post-ACV.

El Rol de la Neuroplasticidad en la Recuperación
La neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones sinápticas, es clave para la recuperación funcional tras un ACV. Yang et al. argumentan que los psicodélicos podrían actuar como catalizadores de este proceso. Por ejemplo, la psilocibina y el LSD interactúan con los receptores 5-HT2A de serotonina, promoviendo un aumento en la expresión de factores neurotróficos, como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), que facilita el crecimiento de nuevas neuronas y la reparación de redes neuronales dañadas. La ketamina, por su parte, actúa sobre los receptores NMDA, modulando la metaplasticidad —la capacidad del cerebro para ajustar sus propios umbrales de plasticidad— lo que podría optimizar las condiciones para la remodelación sináptica post-lesión.
El estudio destaca que estas sustancias no solo estimulan la formación de nuevas conexiones, sino que también mitigan la neuroinflamación, un factor que agrava el daño cerebral tras un ACV. La inflamación persistente puede expandir el infarto y dificultar la recuperación, pero los psicodélicos podrían representar una cuarta clase de agentes antiinflamatorios, complementando enfoques como los AINEs o los esteroides. Este doble efecto —neuroplasticidad y antiinflamación— sugiere que los psicodélecos podrían abordar tanto los daños agudos como las secuelas crónicas, una perspectiva innovadora en el campo de la neurorehabilitación.
Evidencia y Contexto Científico
El trabajo de Yang et al. se alinea con investigaciones previas, como una revisión de 2021 publicada en Frontiers in Pharmacology, que encontró que los psicodélecos promueven la neurogénesis hipocampal y aumentan la complejidad cerebral en modelos animales. Estos estudios muestran que los efectos moleculares, como el incremento sostenido de BDNF mRNA durante un mes, podrían traducirse en mejoras funcionales, aunque aún faltan ensayos clínicos a largo plazo en humanos para confirmar estos beneficios. Además, el interés en los psicodélecos se ve reforzado por iniciativas recientes, como un ensayo financiado por el NIH en junio de 2025 con 328 millones de dólares, que explora la rehabilitación por telemedicina tras ACV. Esta tendencia hacia terapias innovadoras sugiere que los psicodélecos podrían integrarse en estrategias de rehabilitación basadas en tecnología, amplificando su impacto.
Desafíos y Perspectivas Futuras
A pesar de su potencial, el uso de psicodélecos enfrenta desafíos significativos. La percepción pública y las regulaciones legales representan barreras importantes, mientras que los riesgos de efectos adversos, como la disociación o la psicosis en pacientes vulnerables, requieren un control estricto. Yang et al. abogan por investigaciones adicionales, incluyendo ensayos clínicos de fase II, para establecer dosis seguras y protocolos efectivos. Además, la personalización de los tratamientos según el perfil del paciente y el momento de la intervención post-ACV será crucial.
Conclusión
La propuesta de Yang et al. marca un punto de inflexión en el tratamiento del ACV, trasladando el foco de la intervención aguda a la recuperación funcional a largo plazo. Si los psicodélecos logran demostrar su eficacia en ensayos clínicos, podrían ofrecer esperanza a millones de sobrevivientes de ACV, ayudándolos a recuperar funciones perdidas y a superar los plateaus de rehabilitación. Este enfoque interdisciplinario, que combina neurociencia, farmacología y rehabilitación, invita a reflexionar sobre cómo la ciencia puede aprovechar recursos inesperados para sanar el cerebro. ¿Estaremos ante el comienzo de una nueva era en la medicina del cerebro? Solo el tiempo y la investigación lo dirán.

Referencia

Yuefeng Yang, Yibo Wang, Xiaohui Wang, Harnessing psychedelics for stroke recovery: therapeutic potential and mechanisms, Brain, Volume 148, Issue 6, June 2025, Pages 1862–1865, https://doi.org/10.1093/brain/awaf093

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los 30 neurocientíficos vivos más influyentes de hoy en día

Psicólogo ciego ayuda a otros a ver soluciones

Proyecto Abecedarian: un ensayo controlado aleatorio de educación temprana que ha seguido a niños desde 1971