La testosterona nos hace menos cooperativos y más egocéntricos
ScienceDaily (31 de enero de 2012) - La testosterona nos hace sobrevalorar nuestras propias opiniones, en detrimento de la cooperación, según una investigación del Centro Wellcome Trust de Neuroimagen en la UCL (University College London) . Los hallazgos podrían tener implicaciones en cómo las decisiones del grupo se ven afectadas por los individuos dominantes.
La resolución de problemas en grupo puede proporcionar ventajas sobre las decisiones individuales, en la medida que sean capaces de compartir nuestra información y experiencia. Sin embargo, existe un conflicto entre la cooperación y el comportamiento egoísta: aunque los grupos podrían beneficiarse de una inteligencia colectiva, la colaboración muy de cerca puede conducir a un pensamiento grupal acrítico, terminando en decisiones que son malas para todos.
Los intentos por comprender los mecanismos biológicos detrás de la toma de decisiones en grupo han tendido a centrarse en los factores que promueven la cooperación y la investigación ha demostrado que las personas que reciben una inyección de la hormona oxitocina tienden a ser cooperativas. Ahora, en un estudio publicado recientemente en la revista Proceedings of the Royal Society B, los investigadores han demostrado que la hormona testosterona tiene el efecto contrario - hace que la gente actúe de manera menos cooperativa y más egocéntrica .
El Dr. Nick Wright y sus colegas del Centro Wellcome Trust de Neuroimagen en la UCL llevaron a cabo una serie de pruebas con 17 parejas de voluntarias mujeres (*) que nunca antes se habían conocido. La prueba se llevó a cabo durante dos días, espaciados con una semana de diferencia. En uno de los días, a ambos voluntarias de cada pareja se les dio un suplemento de testosterona, y al otro día se les dio un placebo.
Durante el experimento, las dos mujeres se sentaban en la misma habitación y veían su propia pantalla. Ambas veían exactamente lo mismo. En primer lugar, en cada ensayo se les mostraban dos imágenes, una de las cuales contenía un objetivo de alto contraste - y su trabajo consistía en decidir individualmente qué imagen estaba contenida en el objetivo.
Si sus decisiones individuales coincidían, ellas recibían retroalimentación y pasaban a la siguiente prueba. Sin embargo, si no estaban de acuerdo, se les pedía colaborar y discutir con su pareja hasta llegar a una decisión conjunta. Una de las dos entonces daba entrada a esta decisión conjunta.
ScienceDaily (31 de enero de 2012) - La testosterona nos hace sobrevalorar nuestras propias opiniones, en detrimento de la cooperación, según una investigación del Centro Wellcome Trust de Neuroimagen en la UCL (University College London) . Los hallazgos podrían tener implicaciones en cómo las decisiones del grupo se ven afectadas por los individuos dominantes.
La resolución de problemas en grupo puede proporcionar ventajas sobre las decisiones individuales, en la medida que sean capaces de compartir nuestra información y experiencia. Sin embargo, existe un conflicto entre la cooperación y el comportamiento egoísta: aunque los grupos podrían beneficiarse de una inteligencia colectiva, la colaboración muy de cerca puede conducir a un pensamiento grupal acrítico, terminando en decisiones que son malas para todos.
Los intentos por comprender los mecanismos biológicos detrás de la toma de decisiones en grupo han tendido a centrarse en los factores que promueven la cooperación y la investigación ha demostrado que las personas que reciben una inyección de la hormona oxitocina tienden a ser cooperativas. Ahora, en un estudio publicado recientemente en la revista Proceedings of the Royal Society B, los investigadores han demostrado que la hormona testosterona tiene el efecto contrario - hace que la gente actúe de manera menos cooperativa y más egocéntrica .
El Dr. Nick Wright y sus colegas del Centro Wellcome Trust de Neuroimagen en la UCL llevaron a cabo una serie de pruebas con 17 parejas de voluntarias mujeres (*) que nunca antes se habían conocido. La prueba se llevó a cabo durante dos días, espaciados con una semana de diferencia. En uno de los días, a ambos voluntarias de cada pareja se les dio un suplemento de testosterona, y al otro día se les dio un placebo.
Durante el experimento, las dos mujeres se sentaban en la misma habitación y veían su propia pantalla. Ambas veían exactamente lo mismo. En primer lugar, en cada ensayo se les mostraban dos imágenes, una de las cuales contenía un objetivo de alto contraste - y su trabajo consistía en decidir individualmente qué imagen estaba contenida en el objetivo.
Si sus decisiones individuales coincidían, ellas recibían retroalimentación y pasaban a la siguiente prueba. Sin embargo, si no estaban de acuerdo, se les pedía colaborar y discutir con su pareja hasta llegar a una decisión conjunta. Una de las dos entonces daba entrada a esta decisión conjunta.
Los investigadores encontraron que, como era de esperarse, la cooperación permitió al grupo desempeñarse mucho mejor que las personas por sí solas cuando sólo habían recibido el placebo. Pero, cuando se administró un suplemento de testosterona, el beneficio de la cooperación se redujo notablemente. De hecho, el aumento de los niveles de testosterona estuvo asociados con personas que actuaron de manera egocéntrica y decidían a favor de su propia selección en lugar que la de su pareja.
"Cuando se toman decisiones en grupo, se traza una fina línea entre la cooperación y el interés propio: si hay demasiada cooperación es posible que nunca obtengamos lo que queremos, pero si se es demasiado egoísta, es probable que se ignore a las personas que tengan una verdadera visión ", explica el Dr. Wright.
"Nuestra conducta parece estar moderada por nuestras hormonas - ya sabemos que la oxitocina nos puede hacer más cooperativos, pero si esta fuese la única hormona que actuase en nuestra toma de decisiones en grupo, esto haría que nuestras decisiones fuesen muy sesgadas Hemos demostrado que, de hecho, la testosterona también afecta nuestras decisiones, haciéndonos más egoístas.
"Cuando se toman decisiones en grupo, se traza una fina línea entre la cooperación y el interés propio: si hay demasiada cooperación es posible que nunca obtengamos lo que queremos, pero si se es demasiado egoísta, es probable que se ignore a las personas que tengan una verdadera visión ", explica el Dr. Wright.
"Nuestra conducta parece estar moderada por nuestras hormonas - ya sabemos que la oxitocina nos puede hacer más cooperativos, pero si esta fuese la única hormona que actuase en nuestra toma de decisiones en grupo, esto haría que nuestras decisiones fuesen muy sesgadas Hemos demostrado que, de hecho, la testosterona también afecta nuestras decisiones, haciéndonos más egoístas.
"La mayoría de las veces, esto nos permite buscar la mejor solución a un problema, pero a veces, demasiada testosterona puede impedirnos ver las opiniones de otros. Esto puede ser muy importante cuando estamos hablando de un individuo dominante que intenta hacer valer su opinión, digamos, en un jurado. "
La testosterona está implicada en una variedad de comportamientos sociales Por ejemplo, en los chimpancés, los niveles de testosterona aumentan antes de un enfrentamiento o una pelea. En las mujeres presas, los estudios han encontrado que los niveles más altos de testosterona se correlacionan con un comportamiento antisocial y la mayor agresión. Los investigadores creen que estos hallazgos reflejan un papel más general de la testosterona en el aumento de la motivación para dominar a los demás y aumentar el egocentrismo
Comentando sobre los resultados, el Dr. John Williams, director de Neurociencia y Salud Mental de la Fundación, dijo: "Cooperar con los demás tiene ventajas obvias para el intercambio de conocimientos y la experiencia, pero sabemos que no siempre funciona, sobre todo si un macho alfa o hembra alfa domina la toma de decisiones. Este resultado nos ayuda a entender a un nivel hormonal los factores que pueden alterar nuestros esfuerzos por trabajar juntos ".
La testosterona está implicada en una variedad de comportamientos sociales Por ejemplo, en los chimpancés, los niveles de testosterona aumentan antes de un enfrentamiento o una pelea. En las mujeres presas, los estudios han encontrado que los niveles más altos de testosterona se correlacionan con un comportamiento antisocial y la mayor agresión. Los investigadores creen que estos hallazgos reflejan un papel más general de la testosterona en el aumento de la motivación para dominar a los demás y aumentar el egocentrismo
Comentando sobre los resultados, el Dr. John Williams, director de Neurociencia y Salud Mental de la Fundación, dijo: "Cooperar con los demás tiene ventajas obvias para el intercambio de conocimientos y la experiencia, pero sabemos que no siempre funciona, sobre todo si un macho alfa o hembra alfa domina la toma de decisiones. Este resultado nos ayuda a entender a un nivel hormonal los factores que pueden alterar nuestros esfuerzos por trabajar juntos ".
(*) * La testosterona es secretada naturalmente en hombres y mujeres, y los niveles de testosterona se correlacionan con conductas importantes (por ejemplo, el comportamiento antisocial), tanto en hombres como en mujeres. De acuerdo al tamaño de la dosis administrada experimentalmente en las mujeres, se aumenta notablemente sus niveles de testosterona desde su nivel basal bajo. En los hombres, sin embargo, la situación es más compleja: los hombres ya tienen altos niveles basales de testosterona, por lo que la administración de tales dosis disminuye su propia producción de testosterona, un efecto de retroalimentación que actúa para compensar el aumento causado por el tratamiento en sí. Los investigadores por lo tanto, utilizan sujetos de sexo femenino porque el dar las dosis estándar experimentales produce un aumento directo y bien caracterizado en sus niveles de testosterona.
Traducido por Rubén Carvajal Santana de:
http://www.sciencedaily.com/releases/2012/01/120131210259.htm
Journal Reference:
Journal Reference:
- Nicholas D. Wright, Bahador Bahrami, Emily Johnson, Gina Di Malta, Geraint Rees, Christopher D. Frith, Raymond J. Dolan. Testosterone disrupts human collaboration by increasing egocentric choices. Proceedings of the Royal Society B, 2012; DOI: 10.1098/rspb.2011.2523
Comentarios
Interesantìsima charla entre el Dr. Eduardo Prunset y el Dr. Antònio Damàsio..que quizàs ya usted ha leìdo, aunque a veces nos sucede que repasar una lectura, en otro momento de nuestras vidas, nos deja nuevas interpretaciones,
mi respeto Dr. Carvajal