Un elefante blanco en la habitación o por qué considerar al cerebelo como parte del circuito de la adicción
Sorprende comprobar cuántos dogmas sobre el cerebelo han caído en las últimas décadas. No sólo en lo que respecta a las funciones de esta estructura, sino también a la evolución y anatomía del cerebelo. El cerebelo contiene el 80% de todas las neuronas cerebrales en sólo el 10% de la masa cerebral total. La masa total del cerebro humano es de 1.232 g, en la que se encuentran unos 77.000 millones de células. Sólo 16.000 millones de estas células cerebrales son neuronas. El cerebelo humano comprende 80 mil millones de células en una masa de 154 g; 60 mil millones son neuronas. De este modo, en comparación con el cerebro, el cerebelo incluye un número mucho mayor de neuronas, pero una menor cantidad de células de la glía. Además, en los mamíferos, la evolución del tamaño del cerebelo ha sido paralela a la de la corteza cerebral. Si aceptamos que la función depende de la estructura, este pequeño cerebro sería más relevante para explicar las funciones cerebrales de lo que nunca pensamos.
Dra. Marta Míquel Salgado-Araujo
Departamento de Psicología
Básica, Clínica y Psicobiología. Universitat Jaume I. Castellón.
Marta Miquel Salgado-Araujo se
doctoró en Psicología por la Universidad Valencia en el año 1991. Es
catedrática de Psicobiología de la Universitat Jaume I (UJI), desde el año
2017.
Investigadora principal del grupo
Adicción y Neuroplasticidad de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UJI.
Es coordinadora del máster en investigación en Cerebro y Conducta de la UJI.
Sus líneas de investigación están relacionadas con los mecanismos
neurobiológicos de la adicción y en particular, con los mecanismos y cambios en
la plasticidad del cerebelo. El objetivo fundamental de sus investigaciones es
evaluar la implicación del cerebelo en los procesos causales de la adicción. Las
técnicas que su laboratorio desarrolla abordan todos los niveles de análisis:
molecular, fisiológico-anatómico y conductual.
Nuestro grupo de investigación lleva
dos décadas aportando pruebas experimentales sobre los efectos de las drogas en
los procesos de neuroplasticidad molecular, celular y estructural del
cerebelo. Una experiencia repetida con cocaína induce cambios persistentes
en los procesos de plasticidad a corto y largo plazo del cerebelo, ligados al
incremento de BDNF y al tráfico de las subunidades del receptor AMPA. En este
sentido, los efectos se asemejan a los inducidos en el estriado, con aumentos
muy significativos de expresión de pro-BDNF o BDNF maduro y sus receptores, así
como la externalización o internacionalización de las unidades Glu2R del
receptor AMPA en las neuronas de Purkinje. Estas modificaciones en la expresión
de proteínas van asociadas a cambios estructurales en las dendritas y
terminales de los axones de Purkinje. El factor crucial para la dirección de
los cambios en la plasticidad del cerebelo es la longitud del periodo de
abstinencia (incubación) que precede a una nueva experiencia con la sustancia.
Asimismo, la preferencia por estímulos predictores de la disponibilidad de
cocaína (asociación droga-contexto) tiene dos correlatos en el cerebelo. Por un
lado, se produce un aumento selectivo de la actividad neuronal en la zona
apical de la capa granulosa del vermis. Por otro, se observa un fortalecimiento
de las redes perineuronales de la corteza del cerebelo, que también observamos
durante el periodo de incubación del “drug-seeking”, en animales que han
escalado su consumo de cocaína. La degradación de estas redes de estabilización
sináptica hace que la asociación droga-contexto decaiga antes, por tanto, su
función pudiera estar relacionada con los procesos de consolidación.
Fuente: UNED
https://sites.google.com/view/psicobiocoffees/un-elefante-blanco-en-la-habitaci%C3%B3n?authuser=0
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