¿Por qué los patinadores no pierden el equilibrio al girar a alta velocidad?
La respuesta la ofrece el profesor asistente de neurología en el Hospital Johns Hopkins, Amir Kheradmand.
Cuando giramos en un parque de diversiones o en la pista de baile, a menudo nos sentimos desorientados, incluso mareados. Entonces, ¿cómo los atletas profesionales, especialmente los patinadores que giran a velocidades increíbles, evitan perder el equilibrio?
La respuesta corta es el entrenamiento, pero comprender realmente por qué los patinadores artísticos pueden girar sin sentirse mareados requiere una comprensión del sistema vestibular, el aparato en nuestro oído interno que ayuda a mantenernos en posición vertical. Este sistema contiene células nerviosas sensoriales especiales que pueden detectar la velocidad y la dirección en la que se mueve nuestra cabeza. Estos sensores están estrechamente acoplados con nuestros movimientos oculares y con nuestra percepción de la posición y movimiento de nuestro cuerpo a través del espacio. Por ejemplo, si giramos nuestra cabeza hacia la derecha mientras nuestros ojos permanecen enfocados en un objeto recto, nuestros ojos naturalmente se mueven hacia la izquierda a la misma velocidad. Esta respuesta involuntaria nos permite permanecer centrados en un objeto estacionario.
El giro es más complicado. Cuando movemos la cabeza durante un giro, nuestros ojos comienzan a moverse en la dirección opuesta, pero alcanzan su límite antes de que nuestra cabeza complete un giro completo de 360 grados. Así que nuestros ojos retroceden a una nueva posición inicial midspin, y el movimiento se repite mientras giramos. Cuando nuestra rotación de la cabeza activa este movimiento ocular automático y repetitivo, llamado nistagmo, nos mareamos.
Los patinadores suprimen el mareo aprendiendo cómo contrarrestar el nistagmo con otro tipo de movimiento ocular, llamado nistagmo optocinético. El nistagmo optocinético se produce en la dirección opuesta al nistagmo y nos permite rastrear un objeto en movimiento -como un tren que zumba- con nuestros ojos mientras nuestra cabeza permanece en su lugar. Cuando los primeros coches del tren se mueven fuera de vista, nuestros ojos saltan de nuevo a su posición inicial para seguir a los siguientes, y el movimiento se repite. Los patinadores pueden entrenarse para involucrar a este ojo opuesto movimiento cuando giran para compensar el nistagmo y mantenerse sin marearse.
Los atletas profesionales emplean una variedad de otras estrategias para prevenir mareos, incluyendo mantener una velocidad uniforme. Los sensores en nuestro sistema vestibular pueden detectar sólo cambios en la velocidad, por lo que no pueden detectar la rotación que tiene lugar a un ritmo constante. Si los atletas pueden manejar su velocidad, sienten mareos sólo mientras se aceleran y se desaceleran de un giro.
Los bailarines de ballet emplean otra técnica que llaman spotting. Mientras hacen piruetas, mantienen su cuerpo moviéndose a una velocidad bastante constante, pero tratan de fijar su mirada en una "mancha", variando la velocidad a la que giran la cabeza. Lo mantienen en su lugar y luego lo azotan rápidamente al final de cada vuelta, minimizando el tiempo que su cabeza gira y limitan cualquier nistagmo. Aprender a localizar puede ofrecer a los bailarines de ballet un beneficio aún más amplio: un estudio de 2013 sugiere que la formación podría enseñar a su cerebro cómo suprimir las señales de vértigo en su origen, el oído interno.
A pesar de estos trucos, patinadores y bailarines todavía pierden su equilibrio a veces, pero aquí, también, la práctica intensa es muy útil. Si ensayan y dominan movimientos graciosos al final de un giro, pueden permitirse la oportunidad de recuperarse después de un breve mareo.
Traducido de Scientific American
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