Tres mitos sobre las neuronas espejo

mirror-neuronsDesde que las neuronas espejo (ne) fueron descritas en la década de 1990, se ha visto en su actividad la base para fenómenos tan importantes en nuestra vida como el aprendizaje social y la empatía. Además, se ha sugerido que un problema en su normal funcionamiento podría ser la base del autismo. Pero, ¿hasta qué punto están justificadas estas ideas?
El pasado diciembre de 2012, el psicólogo Christian Jarrett publicó un artículo en Psychology Today que muestra los principales mitos en torno a las funciones de las neuronas espejo.
Según Jarrett, hay tres mitos muy difundidos en torno a las ne:
El primer mito: se suele pensar que las ne son la causa de que podamos comprender las acciones de los demás: las ne nos permiten entender los objetivos de las acciones al permitir una representación interna de los movimientos de los otros (las ne se activan cuando realizamos una acción y cuando observamos esa misma acción). Y, según algunos autores, ésa podría ser la base de la empatía:
No obstante, Jarrett señala que somos perfectamente capaces de entender acciones que somos incapaces de realizar. Y lo que es más, hay estudios que muestran que personas con redes neuronales motoras dañadas pueden comprender el habla, e incluso reconocer emociones:
A non-player tennis fan who’s never held a racket doesn’t sit baffled as Roger Federer swings his way to another victory. They understand fully what his aims are, even though they can’t simulate his actions with their own racket-swinging motor cells. Similarly, we understand flying, slithering, coiling and any number of other creaturely movements, even if we don’t have the necessary motor cells to simulate them.
From the medical literature there are also numerous examples of comprehension surviving after damage to motor networks – people who can understand speech, though they can’t produce it; others who recognise facial expressions, though their own facial movements are compromised. Perhaps most awkward of all, there’s evidence that mirror neuron activity is greater when we view actions that are less familiar – such as a meaningless gesture – as compared with gestures that are imbued with cultural meaning, such as the victory sign.
El segundo mito: el neurólogo Vilayanur Ramachandran sostiene que las ne, al permitirnos empatizar e imitar a otros, fueron las responsables del incremento del tamaño del cerebro, permitiendo así acelerar la evolución cultural de la humanidad. No obstante, hay evidencia de que las ne adquieren sus propiedades a través de la experiencia. Así, si la experiencia moldea las ne, no está claro que las ne fueran la causa del aprendizaje social:
It can’t reasonably be claimed that mirror neurons made us imitate and empathise with each other, if the way we choose to behave instead dictates the way our mirror neurons work. On their role in cultural evolution, [...] neurons are affected by cultural practices, such as dancing and music, just as much they influenced them.
El tercer mito: si las ne son la pieza clave que nos permite experimentar la empatía, un defecto en ellas podría explicar que haya personas, como los autistas, que carezcan de empatía. Jarrett es muy claro en este punto: de los tres mitos, éste probablemente sea el menos justificado. Y es que:
 There are numerous findings showing that people with autism have no problem understanding other people’s actions (contrary to the broken mirror hypothesis) and that they show normal imitation abilities and reflexes. For a new review paper, Antonia Hamilton assessed the results from 25 relevant studies, concluding: “there is little evidence for a global dysfunction of the mirror system in autism.”
El artículo original de Jarrett en Psychology Today.
Créditos: Imagen vía Institute for Ethics and Emerging Technologies.

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